Mí Vuelta Por El Mundo

El Lago de Atitlán está rodeado de montañas y tres volcanes. Su profundidad estimada es de 340 metros y es el lago más profundo de América Central. A sus orillas se encuentran alrededor de 15 poblaciones más o menos pobladas y turísticas. Sus habitantes son mayas.

Decidimos quedarnos dos días en San Pedro de la Laguna, a orillas del lago.Después de haber visitado Chichicastenango fuimos en barco a San Marcos. Segun nos han dicho, es la población más linda sobre el lago. Veremos… Tambien se dice, que en ese lugar se puede bañar en el lago, pero no en esos días. El lago se encuentra en un  estado crítico. Una chica estadounidense nos contó que el agua sucia está por destruir por completo la vida en el lago y que ella llegó hacían seis meses por un proyecto de dos años, siendo una experta en la limpieza de aguas.

Chichicastenango es el mercado nativo más colorido y vivaz de toda America Central, de América del Norte  y posiblemente de todo el continente Americano. Los días de mercado son los domingos y los jueves.  Los vendedores no provienen tan solo de la region Maya cercana, sino de todas las regiones de Guatemala. Representando los diversos grupos lingüísticos guatemaltecos como los Mam, Ixil, Kaqchikel y todos los demás. Pasear por el mercado es sumergirse en un baño colorido de idiomas desconocidos, con productos nunca vistos antes y con olores totalmente nuevos.

Llegamos a San Pedro la Laguna, sobre el Lago Atitlán al anochecer anterior ( no habiendo estado mal, las cinco horas de viaje en autobus mientras llovía a cántaros) y desayunamos enfrente del lago al amanecer.  De inmediato tomamos un colectivo a Los Encuentros y desde ahi subimos a un pequeño transporte local que nos llevaría al mercado. Pero la situación fue más que graciosa. Porque para llenar el pequeño transporte, se hizo subir y bajar a la gente varias veces, sin que el espacio a llenar cambiara. Se trata de llenar un pequeño espacio disponible con la mayor cantidad de gente posible. Por suerte, en el primer trayecto estábamos sentados bien adelante. Pero al regresar, ibamos como sardinas enlatadas.  Realmente problemático es meter 23 personas en un recipiente donde sólo caben como máximo 15 . En Los Encuentros hubo un cambio de vehículo. Pasamos a una camioneta y el resto del trayecto lo hicimos en un colectivo escolar que nos llevó a San Pedro. El camino sinuoso, el chofer puteando y de rato en rato obligado a poner la marcha atrás para poder tomar la curva re-angosta. En fin,…. llegamos, …. en otra forma más de viajar:)

Guatemala se encuentra situada entre dos plataformas tectónicas  muy activas. Con sus 2500 metros sobre el nivel del mar, el volcán Pacaya es fácil de escalar, si uno se toma el tiempo de subir lentamente para disfrutar en la cumbre una vista panorámica impresionante. Como por la mañana tenemos clases de español, hemos decidido hacer el escalamiento por la tarde, para poder ver el espectáculo del sol poniente, que es un tour muy popular en la zona. Por no saber que nos esperaba realmente, hemos decidido hacer un tour guiado. El escalamiento no ofreció grandes dificultades, pero entre los 1850 y los 2300 metros de altura cada cual tiene que tomar su ritmo y no pegarse al del grupo. El tour parece estar hecho para sacar el dinero al turista, porque ni bien se baja del autobus, comienza la pesca por el dinero y el mismo guía te quiere vender de todo, absolutamente indispensable para el trayecto. Los bastones, absolutamente necesarios, o la lámpara o, ……. Tanto Fleur como tambien yo, teníamos ambas cosas y no necesitamos comprar nada. Eso si , los bastones son muy importantes. Sobre todo para el descenso.

Despues de  un poco menos de dos horas  hemos podido llegar a la cima. Ver el sol poniente y la lava del volcán en la oscuridad. Ahí comprendimos porqué vendían marshmallos al comienzo del camino. No los habíamos comprado y ahí, hubiésemos querido tener algunos.

El descenso con la lámpara frontal fue toda una aventura, sobre todo al comenzar y en la picada en el bosque. Fue un buen entrenamiento para el camino de los Incas, que vendrá más adelante. 

En la información turística un guía pertinaz logró  convencernos y nos inscribimos en un curso de cuatro días – 5 horas diarias para aprender español, mientras nos hospedamos en una casa familiar a partir del día siguiente.  Bueno, habíamos planeado hacer un curso de lengua, pero lo habíamos planeado para la estadía a orillas del lago Atitlán….Cambio de Planes:) En la primera tarde en este lugar fuimos a descubrir esta hermosa ciudad turística, que a mi me recuerda un poco a San Cristobal de las Casas en México. Hay muchísimos restaurantes, nosotros probamos (El Sabor del Tiempo)  con muy buenos vinos de todas partes del mundo. Conozco algunas personas que lo disfrutarían.

En un tuc-tuc -pequeñísimo taxi- llegamos un domingo a nuestra primer clase de español..La dueña de mi casa familiar, es una cocinera muy buena y me hizo probar unas comidas típicas muy sabrosas. Pude probar algunas verduras desconocidas hasta entonces, con pollo y otros platos sabrosos. Lo adoro! El lunes conocí a dos personas maravillosas que estaban viviendo en la misma casa que yo: Aishah y Nicolás. Ya se de antemano quién me podrá dar hospedaje cuando llegue a Melbourne!:)

Cuatro días de clases no están mal, pero no  son suficientes para charlar, pero alcanzan para comunicarnos un poco más seguros. El último día de clases fuimos al Museo del Café con nuestros profesores. http://www.azoteaestate.com/index.php?show_aux_page=1,  En el museo se muestra la cultura Guatemalteca, las costumbres, la vestimenta tradicional y todo acompañado del aroma a café flotanto en los ambientes.

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Tikal es realmente una impresionante ciudad Maya, profundamente en la selva con sus 550 km2 de superficie. Mientras caminas en la selva de una ruina a la otra, poniendo tus pasos sobre la tierra cubierta de una intensa vegetación tropical, te rodea la paz del ambiente y oyes los rumores de  los animales salvajes… Todo esto sumado, hace de estas ruinas un lugar inolvidable!.

El paso de frontera es todo una aventura! Primer alto en un pequeño puesto fronterizo, para sellar la salida de México en el pasaporte.  A continuación, al igual que lo habíamos hecho para visitar las ruinas de Yaxchilán, nos hicieron  subir a una lancha para atravesar el rio Usumacinta, que es la frontera geográfica entre México y Guatemala. Esta vez  atravesamos el río con todo nuestro equipaje. Del otro lado del río, nos esperaba un autobus.  Segundo alto en un  puesto fronterizo donde fue sellada la entrada en el pasaporte y tuvimos que pagar 40 Quetzales (!) – y finalizamos el trayecto de dos horas  en autobus  en dirección Flores. Con una pareja bélgica(Alex & Elodie) nos dirigimos directamente a El Remate, donde nos hospedamos en un pequeño hotel familiar, ubicado  a orillas de un lago, a medio camino hacia Tikal. La gente nos ha recibido con mucho cariño.  Como hacía mucho calor, nos dimos un chapuzón en el lago. Observamos la puesta del sol y después cenamos una comida vegetariana en un pequeño restaurante cuyo dueño es Alemán y su mujer es Guatemalteca.  Rendidos y satisfechos nos fuimos a dormir, para poder levantarnos a las 5 de la mañana para dirigirnos a las ruinas de Tikal!