Me resultó re- difÃcil despertarme tan temprano, después de una noche re-corta, para alcanzar el colectivo a las seis de la matina. Y llegando a El Chaitén me he quedado estupefacta, porque nadie me habÃa dicho, que después de la erupción del volcán, hace ya un año, todo está desolado. No hay ni bancos, ni correos, los supermercados trabajan con generadores de electricidad a motor, los hoteles están abiertos pero la ciudad tiene aspecto de muerte… Algunos se fueron, otros se quedaron, para luchar de alguna forma por sobrevivir esperando que lleguen dÃas mejores. Es tristÃsimo de ver!
Recorrimos un poco el lugar antes de subir al ferry hacia Quellón. Para llegar al puerto, se toma un colectivo y el chofer nos habÃa dicho, que partirÃa a las 12 hs, pero decidio salir antes y después lo explicó diciendo que “las cosas cambian”. En esa circunstancia me encontré con Anna & Laia, dos españolas de viaje por un año por América Latina. Cosa chistoza, porque estuvimos en el mismo dormitorio en Esquel, cruzamos juntas la frontera y ahora tomamos el mismo ferry a Quellón. Mientras vemos como dos chicas israelÃtas, no han tenido nuestra suerte y no llegaron a tiempo para subir al colectivo, pero de alguna manera llegaron a tiempo al ferry
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